Una buena parte de las especies del catálogo de flora están clasificadas como plantas de flor verde, lo cual hace referencia a que la flor no tiene colores vistosos ni la estructura típica que todos tenemos en mente al pensar en flores. Casi un tercio de estas especies de flor verde pertenecen a la familia de las euforbiáceas, la cual está muy extendida en zonas tropicales, donde algunas especies llegan a formar arbustos y árboles de gran tamaño.
Centrándonos en la Sierra de Callosa, tenemos principalmente el género Euphorbia, del cual hay muchos taxones en la zona mediterránea. Se trata de plantas herbáceas, arvenses (por lo que también es común verlas en zonas de cultivo como malas hierbas) y en las que domina el color verde en toda la planta.
Son comúnmente denominadas lecheras o lechetreznas debido a que tienen látex (un líquido blanco) que sale al partir los tallos de la planta. Además, sus flores tienen una estructura en forma de copa conocida como ciatio, en la cual, los pétalos y los estambres están muy reducidos hasta el punto de ser casi inapreciables y destaca la presencia de los nectarios, unas glándulas que segregan néctar.
En la Sierra hay al menos 6 especies de Euphorbia, las cuales se diferencian entre sí por el tamaño y por la forma y disposición de las hojas, ya que la flor en estos casos no aporta mucha información, al ser casi iguales todas. Como el nombre común es el mismo para casi todas, las llamaremos por su nombre científico.
La lechetrezna enana (Euphorbia exigua) hace honor a su nombre y es reconocible por ser más pequeñas que el resto y tener muchas flores agrupadas en poco espacio. Euphorbia serrata también hace honor a su nombre y es diferenciable por sus hojas aserradas en el margen.
Euphorbia falcata se identifica porque es rastrera y toma tonos rojizos. Euphorbia peplus se caracteriza por la redondez de sus hojas y es la especie más numerosa de este grupo, creciendo en cualquier lugar de la Sierra.
Euphorbia segetalis (arriba) y Euphorbia squamigera (abajo) son muy similares y se diferencian en que en esta última, las hojas que sostienen a las flores son menos puntiagudas y más anchas.
Por último, a esta familia también pertenecen los malcorajes, incluídos en el género Mercurialis y caracterizados por sus hojas con los márgenes profundamente dentados. Tenemos el malcoraje común, muy extendido por toda la Sierra y el malcoraje de roca, más ceñido a vivir en roquedos y grietas de rocas.