DÍA DEL ÁRBOL. HISTORIA Y JUSTIFICACIÓN. PARTE I

por | mayo 14, 2018

El Día del árbol es una fecha señalada en el calendario educativo y cultural desde hace años en Callosa y se han convertido en tradición popular las diferentes actividades que en torno a esa celebración se realizan. Pero, ¿cuál es el origen de esta festividad? Vamos a hacer un breve repaso a su historia.

 

En 1840, Suecia fue el primer país en otorgarle un día de fiesta a los árboles. En ese día, se realizaban miles de plantaciones en todo el país. Posteriormente, los inmigrantes suecos en Estados Unidos continuaron con esta actividad que en Suecia ya se había hecho tradición y en 1872, buena parte del estado de Nebraska se organizó para hacer un día del árbol. Tal fue el éxito, que en 1880 se expandió esta actividad a todos los colegiós de Estados Unidos.

Emigración de Suecia a Estados Unidos.

España acogió esta costumbre en 1915, cuando el rey Alfonso XIII promulgó el decreto de la Fiesta del Árbol y tras muchos años en los que no se celebró, la Comunidad Valenciana decidió retomar esta fecha señalada en la década de los 90, en la cual se fijó el 31 de enero como el Día del Árbol y se empezó a celebrar con las actividades educativas que hoy conocemos en 1996.

Los centros educativos, asociaciones y particulares que lo soliciten participan en la reforestación de la Sierra con plantas que proporciona la Conselleria de Medi Ambient a través de la red de viveros que existen en la Comunidad Valenciana. Históricamente (como contamos en esta publicación) se han plantado pinos aunque la tendencia en los últimos años es a plantar otras especies, sobre todo arbustivas como coscoja, lentisco, espino negro o romero.

Lo que se hace en esta actividasd es repoblar, es decir, volver a poblar. Ésta es una palabra que puede ser utilizada para cualquier actuación que implique aportar seres vivos a un determinado hábitat en el que ya existían. De este modo podemos repoblar ríos con peces, charcas con ranas, desiertos con palmeras o nuestra sierra con especies vegetales propias de esta zona. En concreto, existe una palabra que significa “repoblar un terreno con plantas forestales” y esa palabra es “reforestar”. Cuando hablamos de reforestar una zona de monte que está deteriorada, podemos pensar que estamos haciendo una actuación “no natural”. Sin embargo, ya que las personas somos culpables a menudo de contaminar, de perjudicar a las plantas y al suelo, de deteriorar los espacios naturales, de degradar el medio ambiente… es también responsabilidad nuestra ayudar a que los montes recuperen su color verde.

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